Desde el punto de vista normativo, la compliance digital se ha convertido en un aspecto crítico para las empresas. Normativas como el GDPR y otras leyes de protección de datos establecen directrices claras que deben seguirse para garantizar la protección de los datos personales.
El Garante ha establecido que las empresas deben implementar medidas adecuadas para garantizar la protección de datos y prevenir posibles violaciones. Esto implica que las organizaciones deben ser proactivas en su estrategia de compliance, no solo para evitar sanciones, sino también para mantener la confianza de los consumidores.
Las implicaciones prácticas de estas normativas son significativas. Las empresas deben realizar una evaluación detallada de sus prácticas de gestión de datos, identificando áreas de riesgo y las medidas de control necesarias. Además, es fundamental formar al personal para asegurar que todos estén al tanto de las políticas de protección de datos y de sus derechos.
¿Qué deben hacer las empresas? En primer lugar, es necesario llevar a cabo un análisis de riesgo para identificar vulnerabilidades en sus sistemas de gestión de datos. También es recomendable designar a un responsable de protección de datos (DPO) que supervise las prácticas de compliance y garantice que estén alineadas con las normativas.
El riesgo de compliance es real: las sanciones por violaciones del GDPR pueden alcanzar hasta el 4% del volumen de negocios anual global. Las empresas deben ser conscientes de estas consecuencias y actuar en consecuencia para evitar costos significativos y daños a su reputación.
Finalmente, algunas mejores prácticas para asegurar la compliance incluyen la implementación de sistemas de RegTech que automaticen el monitoreo de las regulaciones y faciliten la gestión de datos. Además, es esencial mantener una documentación precisa y actualizada de las prácticas de gestión de datos.
