¿Alguna vez has abierto la nevera y te has encontrado con la mirada de tu perro, esa mezcla de emoción y ternura que parece pedir un bocado? Es un momento común en muchos hogares, pero surge una pregunta importante: ¿es bueno darle queso a tu fiel compañero? La respuesta no es tan simple y varía según diferentes factores.
En líneas generales, los perros que gozan de buena salud y no son intolerantes a la lactosa pueden disfrutar del queso en cantidades moderadas. ¡Y es que este alimento no solo es delicioso para ellos, sino que también aporta nutrientes esenciales! El queso es una fuente rica en proteínas de calidad, calcio y grasas saludables, además de contener vitaminas como la A, B, D y E. Sin embargo, siempre hay que recordar que la clave está en la moderación.
Si decides ofrecerle queso por primera vez, lo mejor es comenzar con una pequeña cantidad y observar su reacción. Algunos tipos de queso son más amigables que otros. Por ejemplo, el queso fresco, como el queso de Burgos, es una excelente opción. Es ligero, bajo en grasa y sal, y generalmente se digiere mucho mejor.
Por otro lado, hay que tener cuidado con los quesos curados, que tienden a tener un mayor contenido de grasa y sal. No están totalmente prohibidos, pero es recomendable ofrecerlos solo de manera ocasional y en pequeñas porciones. Y en cuanto al queso azul, es mejor mantenerlo alejado, ya que contiene un hongo que puede ser tóxico para los perros y causarles problemas de salud serios.
El queso de cabra se presenta como otra alternativa viable, pues suele tener menos lactosa y es más fácil de digerir para muchos perros. Sin embargo, al igual que con otros quesos, la moderación sigue siendo fundamental. El queso semicurado, que tiene un contenido intermedio de grasa y sal, puede ofrecerse con cuidado a perros que no tengan problemas de peso o digestión.
Respecto al queso crema, como el tipo Philadelphia, es bastante graso y contiene aditivos, por lo que se aconseja evitarlo, a menos que lo uses como un truco para darles sus medicamentos.
Si tu perro es intolerante a la lactosa, no te preocupes: hay opciones de queso sin lactosa que son seguras. El queso panela, que es bajo en grasa y sal, es una buena elección siempre que sea natural y sin condimentos añadidos.
Y hablando de snacks, hay productos comerciales diseñados específicamente para perros que incluyen ingredientes lácteos seguros. También puedes optar por hacer galletas caseras con queso fresco o rellenar un juguete tipo Kong con una mezcla de queso panela y plátano. Recuerda que estos deben ser solo un complemento y no un sustituto de una dieta equilibrada.
Finalmente, es crucial usar el queso como un premio ocasional y no como un alimento básico en la dieta de tu perro. Siempre mantén un control sobre las cantidades y estate atento a cualquier posible reacción negativa. Ten presente que cada perro es un mundo, así que si tienes dudas sobre su alimentación, no dudes en consultar a un veterinario. ¿Te has decidido ya a compartir un trocito de queso con tu peludo amigo?